Todos nuestros órganos y glándulas están reflejados en las manos y en los pies, de modo que, podemos trabajar cualquier patología desde ellos.
1. El reflejo en los PIES
Los dos pies conforman una unidad y juntos reflejan a la persona entera. Cada órgano, tiene su zona refleja.
Los que se alojan en la mitad derecha del mismo se reflejan en el pie derecho y los de la mitad izquierda, en el izquierdo. Los órganos que están por pares, se encuentran en los dos pies.
Hay áreas reflejas que se encuentran más en la superficie del pie, mientras otras pueden encontrarse al efectuar una presión más profunda.
Por ejemplo el bazo, el riñón o la vesícula biliar son reflejos que están más profundos, mientras que casi todos los relacionados con el sistema linfático (linfa de cuello, pecho, ingle etc) son reflejos más superficiales.
Si observamos el paralelismo que hay entre la forma del pie y una persona sentada se ve que existe una correspondencia anatómica entre el cuerpo y los pies:
Las zonas de cabeza y cuello se corresponden con las falanges. Las zonas del tórax, extremidades superiores y abdomen superior con los metatarsianos:
Las zonas de abdomen inferior y pelvis se corresponden con los huesos del tarso:
Las zonas que reflejan las extremidades inferiores se corresponden con los extremos distales de las piernas.
2. El reflejo en las MANOS
El cuerpo se refleja en las manos del mismo modo que en los pies. Todos los dedos se corresponden con las áreas de la cabeza y cuello. Todas las áreas reflejas correspondientes al pecho y al abdomen se encuentran concentradas en el centro de la mano y el área pélvica se refleja en el talón de la misma.
Al igual que en los pies, en las manos encontramos reflejada a la persona entera. La Reflexología en las manos nos permite estimular los propios mecanismos de autocuración. Es un recurso eficaz para el autotratamiento y para aplicar en los casos donde no nos es posible trabajar con los pies.
Los terapeutas preferimos el tratamiento en lo pies porque:
- Tienen mayor superficie para localizar los puntos reflejos. En las manos están más comprimidos.
- Los pies están más protegidos de estímulos externos lo que les hace más sensibles a la presión.
- Tienen la mayoría de los reflejos cerca de la superficie. En las manos hay que profundizar más.
- Los beneficios en los pies son más rápidos con una o dos sesiones podemos notar cambios. En las manos, necesitaremos ser más constantes y dar tratamiento más frecuentemente.
- En los pies se promueven cambios movilizando aquello que causa el síntoma. En las manos se producen efectos relacionados con el alivio de los síntomas.
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